CRÓNICAS DE YAUHQUEMEHCAN Crisanto Cuéllar Abaroa, poeta, cronista y gobernante
- La Voz de Mi Región..
- 19 jul
- 5 Min. de lectura

David Chamorro Zarco
Cronista Municipal
El día de hoy, 18 de julio de 2025, con motivo del 36 aniversario luctuoso del poeta tlaxcalteca, Don Crisanto Cuéllar Abaroa, la Sociedad de Geografía, Historia,, Estadística y Literatura del Estado de Tlaxcala, institución que por cierto creó el propio ex gobernador interino de la entidad, entregó un testimonio de reconocimiento por la labor en favor de la literatura y la cultura tlaxcalteca a la Maestra Olimpia Guevara Hernández, una mujer muy destacada en el mundo de las letras que durante más de tres décadas se dedicó a ser catedrática universitaria en la hoy Facultad de Filosofía y Letras de la UATx, además de la publicación de diversos artículos, ensayos y libros.
Crisanto Cuéllar Abaroa, nació en el amanecer del siglo XX en el Municipio de Atlangatepec y desde muy pequeño comenzó a destacar como un niño muy inteligente, de una memoria prodigiosa y dotado de una gran sensibilidad literaria. Tuvo la oportunidad de alcanzar un buen nivel educativo en el Instituto Científico y Literario de Tlaxcala que por entonces era la única alternativa de formación y, en medio de la vorágine que representó la Revolución Mexicana, el joven Crisanto se capacitó y ejerció como operador de telégrafo, en cuyo servicio llegó a alcanzar el grado de Capitán Primero, pero no se crea que fue sólo militar de oficina, sino que también tuvo ocasión de tomar parte en diversos enfrentamientos bélicos, particularmente en el territorio de Oaxaca.
La lectura siempre fue una actividad presente en la vida de Don Crisanto Cuéllar Abaroa, lo que le permitió una buena formación en la cultura general, particularmente en lo relacionado con el dominio de la lengua oral y escrita, así como las ciencias sociales, muy especial de la historia local y regional. Su habilidad para la redacción siempre le garantizó un lugar muy cercado con diversas figuras de autoridad. Por ejemplo, con el Gobernador isidro Candia, en la década de 1930, se le confirió la confianza de ser su secretario particular y con ello pudo conocer aún más la naturaleza y actualidad de la problemática de Tlaxcala. Fue legislador local y federal en diversas oportunidades, así como responsable de la oficina que atendía los asuntos agrarios de la entidad, por lo que conocía muy bien las localidades de Tlaxcala y sus necesitades específicas. Durante los primeros meses del año 1970 ejerció de Gobernador Interino de Tlaxcala, dedicando todos sus esfuerzos y experiencia a preparar un gran salto para que Tlaxcala se despegara de su esencia estrictamente rural, para dar los primeros pasos en busca del proceso de industrialización y crecimiento comercial, lo mismo que el mejoramiento de sus comunicaciones y transportes.
Empero, acaso lo más importante en la vida de este hombre sea su extraordinaria atención puesta en la cultura, historia y tradición de Tlaxcala y en haber ejercido acciones afirmativas para rescatar, valorar y preservar toda la herencia que se tiene como patrimonio cultural. En primer lugar, ejerció de forma activa el periodismo de diversos géneros y muy en especial el cultural, a través de medios ya establecidos y de algunos que él mismo fundó, lo que le permitió dar difusión y proyección a sus ideas y a la labor de divulgación de la entidad tlaxcalteca a nivel local y nacional. Aprovechó muy bien espacios que apenas nacían en el ejercicio del gobierno, como la promoción del turismo, para intentar dar a conocer entre diversos sectores de la sociedad todo lo que Tlaxcala había representado para la historia nacional, así como los testimonios tangibles de un patrimonio cultural muy presente, al tiempo de difundir fiestas, tradiciones y costumbres que daban a todo lo tlaxcalteca una singularidad única. Fue contemporáneo de acciones realizadas por otros personajes de gran renombre en la entidad como Desiderio Hernández Xochitiotzin o el propio Miguel N. Lira, cada uno de los cuales aportó igualmente importantes esfuerzos para proyectar a Tlaxcala más allá de sus límites.
Entre las acciones de mayor impacto que ejecutó Don Crisanto Cuéllar Abaroa se encuentra su trabajo en favor de la organización, clasificación y preservación documental del acervo del Archivo Histórico de la entidad, entre cuyos pliegos se encuentran verdaderas joyas que hablan del devenir de siglos de evolución e historia de Tlaxcala, desde los albores de su presencia en la naciente Nueva España, hasta las primeras décadas del siglo XX. Las instalaciones modernas que el día de hoy se tienen en la cabecera municipal de Apetatitlán y que albergan y custodian nuestro patrimonio documental, tuvieron en las manos de Don Crisanto su primera proyección, y fue fundamental esta acción para garantizar que el acervo histórico fuera debidamente salvaguardado. No hay que olvidar que Don Crisanto recibió la distinción de ser nombrado Cronista del Estado de Tlaxcala, con lo que se reconoció su labor como relator del tiempo pasado y contemporáneo.
Hay que hablar de Crisanto Cuéllar Abaroa también como un hombre de letras, como un alma sensible a la construcción de versos e historias y una pluma muy fluida que permitió dar vida a riqueza literaria de la que, dicho sea de paso, Tlaxcala es tan fecunda. A lo largo de toda su vida, la producción escrita fue particularmente prolija, dejando escritos muchos versos condensados en poesía que se refería a muy diversos temas, desde el tierno recuerdo de la bucólica infancia cerca de la laguna de Atlangatepec, hasta paisajes y hechos costumbristas o la exaltación del valor de lo patriótico. A través de sus versos, cargados de sencillez y sinceridad, se pueden sentir las influencias de pensadores y hombres de letras del siglo XIX que seguramente eran los preferidos de su generación. Del mismo modo tuvo ocasión de escribir algunas novelas y de poner por escrito algunas leyendas que permanecían en la memoria colectiva desde hacía siglos y que constituyen una riqueza invaluable para todos los tlaxcaltecas.
Los ochenta y ocho años que vivió Don Crisanto fueron de gran fecundidad y de profundo amor por su tierra, por su historia y por su gente. Por eso, su obra merece la debida valoración, estudio, crítica y difusión, no sólo entre los literatos y demás especialistas en las humanidades y el arte, sino entre toda la población. Por ello, me parece preciso decir a Don Crisanto Cuéllar Abaroa: Hoy recordamos tus letras, / Tus historias y poesía, / Te rendimos homenaje / Por ser hombre de valía; Eres de Tlaxcala ilustre, / Poeta de lozanía; / Eres de historia albacea, / Custodio de gallardía; / Eres un hombre de campo, / Diáfano y con luz de día; / Eres columna de un pueblo, / De fuerza y soberanía; / Eres prior de la cultura, / De probidad garantía; / Eres bardo de costumbres, / El tlaxcalteca vigía; / Eres tlacuilo en esencia, / Tiaxca de gran valentía; / Eres voz viva y conciencia / De la Tlaxcala bravía.
¡Caminemos Juntos!
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